La hostia puta y perdón por la expresión, pero imagino que es la que muchos chicos habrán utilizado cuando el español de 21 añitos Sergio Duque se ha dejado desabrochar los pantalones y se han encontrado con un rabo tan gordo y largo que parece de otro mundo. No me extraña nada que Bentley Race como productor no haya podido dejar pasar por alto a este chavalito ibérico que se encontró en su viaje a Berlín con semejante anaconda entre las piernas.
Sergio es de los tios que asustan cuando le bajas los calzones a la par que hace que los culos se vuelvan pepsi-cola. Encontrar eso colgando entre las piernas de un tio es un regalo caído del cielo. Una polla que en estado relajado mide sus más de veinte centímetros bien a gusto y cae como una diosa, todavía sin descapullar, con toda su piel gruesa y suave, de las que para meter en los calzones o se la aprisiona en zig zag o la tiene que colocar hacia abajo adorándole los huevos. Hasta podría autofollarse el culo si quisiera y con comodidad porque anda que no le da de sí la bicha para hacerlo.
Tumbado boca arriba y con el rabo rozando la cama me entran muchas pero que muchas ganas de meter la cabeza entre sus piernas y llenarme la boca de ese rabo blandito. Si ya en estado flácido es un auténtico manjar, cuando crece y se pone dura es la polla nunca mejor dicho, porque duplica su longitud y se convierte en un rabaco que casi llega a los treinta y que debido a su longitud no puede conservar una forma recta y se dobla para hacer las delicias de los más mamones y de los que tengan un culo tragón.
Por supuesto, el director no pudo resistirse mientras fotografiaba ese monumento que crecía sin límites y le estaba poniendo más cachondo que nunca y como Sergio accedió, terminó comiéndole toda la polla a trago limpio y con muchísimas ganas. Joder, me ha entrado mucha hambre chavales, os dejo, jeje.