Los chicos ya estaban excitados a tope. No había culo que no tuviera una lengua o una buena polla dentro a pelo y, si aún quedaba alguno libre, era el de los activos folladores del grupo que no paraban de dar caña a esos ojetes hambrientos. Edji Da Silva, Gabriel Phoenix, Max Adonis, Dylan James, Ruslan Angelo, Drake Masters, Max Arion, Manuel Skye y Robert Law perdían la fuerza por la polla, pero aún les quedaba energía de sobra para tocar, lamer, mamar y zumbar todo lo que se pudiera a su alcance.
A Max le caían los chorretes de sudor por la frente, los pelos del flequillo pegados a ella. Follarse el exigente culazo de Drake requería desplegar toda la artillería y mira que Max la tenía grande, que por algo le apodaban el pony, pero ese agujero se tragaba las trancas gigantes como la suya en un abrir y cerrar de ojos. Por suerte Max la tenía bien dura y un buen aguante y le bastaba girar la cabeza hacia su izquierda para ponerse cachondo con ese mar de cuerpos de hombres desnudos gozándola.
Manuel acudió en su ayuda y le relevó en la tarea de dar al machote por culo. Su verga era tan grande como la de Max, pero más gorda. Otra que se tragaba como por arte de magia, así que a Manuel se le ocurrió la brillante idea de coger uno de esos juguetitos que acababan de sacar de la cajonera y le infló el culo con su polla y con el dildo a la vez. Ahora sí Drake sacó toda su rabia y se mordió el puño intentando contener el dolor.
Aparte de eso, no ser pares es lo que les había decantado por sacar los juguetes. Si cinco tios estaban de piernas abiertas tirados en la cama esperando su ración de rabo o a cuatro patas deseando lo mismo, los otros cuatro necesitaban refuerzos. El culo que no podían satisfacer con sus duras pollas, lo penetraban a base de rabo de goma. Los pasivos se dejaron la leche encima mientras se los follaban y los activos aguantaron hasta que casi todos se habían vaciado los huevos para empezar a correrse encima de sus cuerpos desnudos y sudorosos.