Los amigos que salen a recibirte de esa manera no están pagados. Jack Harrer abre la puerta a Peter Annaud y enseguida le mete dentro y se lo come a besos. Peter se pone cachondísimo al ver a su mejor amigo, tal y como lo recordaba de la última vez. Lleva sus vaqueros cortos por debajo de la cintura, los calzoncillos le sobresalen por arriba pero todo lo lleva tan bajo que se le ve la raja del culete por detrás y por delante esos oblicuos casi perfectos y hasta los pelos de la base de la polla.
Se suponía que primero iba a follar con Peter y luego había quedado con Dylan Maguire, pero el muy cabrón, que siempre suele llegar tarde, se ha confundido de hora y se ha presentado antes de tiempo. Llega con sus pantaloncitos de chándal y camiseta de tirantes, porque ha sido leer el mensaje de Jack y ni ha mirado hora ni nada, solo de pensar en poder volver a chupar el pito a Jack y sentir su gigantesca polla entre las manos.
Bueno, donde comen dos, comen tres. Jack les lleva al salón, a jugar a juegos de chicos. Se saca la polla por encima de los pantalones, se la palmea para que miren cómo le cuelga y se acerca a Peter, que está sentado en el sofá, para que se la chupe y se la deje bien dura. Para duro el pito de Dylan, que empieza a trempar por debajo de los pantalones de chándal, primero su paquete formando una montaña y luego una tienda de campaña que se eleva hacia arriba.
Se pone detrás de Jack, restregando la cebolleta, relamiéndose mientras mira cómo Peter descapulla con sus labios ese pollón cada vez más grande y más grueso. Adoran el rabo de Jack, pero no se deben haber mirado bien al espejo, porque no tienen nada que envidiarle. Se desnudan y acompañan a Jack en la sacada de rabos. Los tres van armados que te cagas. Menudos pijotes, largos, gordos y pesados.
Jack se queda de pie, enseguida la saliva de dos tios le pringan la polla. Dylan, que está salido, mama una y después otra. Le encanta llenarse la boca de rabo. A Jack también. Se arrodilla entre los dos y hace que acudan a su lado para limpiarles las espadas. Agarra las dos con las manos y junta los cabezones, se queda bizco mirándolas.
Le encanta lo jodidamente gorda que la tiene Peter, con ese capullo enorme y su piel retraída enseñándolo bien, el pellejo grueso y resbaladizo de la de Dylan, perfecto para ponerle la capucha en cualquier momento. Jack se tumba, se abre de piernas y dejan que esos dos glotones se lo coman todo. Mientras Peter besa su ojete, Dylan le come los huevos y el pollón. El tio no se sacia. Menuda merendola le meten. A Jack se le quedan los ojos en blanco sintiendo la lengua de Peter acicalándole la entrada del agujero, su nariz fría rozándole las pelotas.
Es el primeor en meterle la pedazo porra por el culo sin condón aprovechando que él y Dylan se están chupando los rabos haciendo el sesenta y nueve. Dylan, que lo ve llegar por detrás, si ya estaba cachondo, ahora se le revolucionan las hormonas, incrementando la mamada en varias marchas y abriendo bien los ojos para no perderse nada. Polla, huevos, un culo penetrado por otro enorme pollón. Un puto vicio.
Está tan apretadita, tan calentito ahí dentro. Peter revienta de gusto, se saca el pollote y se corre entre las nalgas y los muslos de Jack. Dylan no retira la cara, dejando que le caiga algún colgajo de lefa de esos que le cuelgan a Jack del trasero. Antes de que Peter vaya al baño a por papel higiénico o una toalla, Dylan le coge el rabo y se lo chupa. Con el saborcito a semen en su boca, mira de cerca el culazo de Jack, todavía con un buen colgajo. No puede resistirse más, abre la boca, saca la lengua y le relame toda la raja. Qué puta guarrada, pero qué gusto le da.
Jack vuelve a tumbarse y abrirse de piernas para que Dylan le folle con fuego amigo mientras Peter le come el trabuco. Esa boquita se merece una descarga. Jack se siente tan a gusto que le mete una ristra de lefazos en los morros. Dylan la saca del culo, se la pajea y el semen comienza a brotar blanco y espeso por la raja de su cipote, bañando los alrededores del ojete de Jack de leche, introduciéndose por su agujero.
No obtiene mayor recompensa que Jack mirándole con sus ojazos y sonriéndole. Es tan guapo y está tan bueno que se siente orgulloso de haberle llenado el culo de crema. Peter le corresponde limpiándole la polla a mamadas. Dylan baja a besar a Peter. Los dos besan a Jack. Los tres comparten besitos con sabor a polla y lefa, metiéndose la lengua, obligándose a saborearla. Está bien rica.