Ya estaba ahí, sosteniendo entre sus manos una de ellas, un pollonaco gigante, gordo y negro que pesaba por lo menos un cuarto de kilo. El tacto era como lo había imaginado en sus sueños, el peso, la textura suavecita, no le quedó más remedio que abrir la boca de par en par y comenzar a tragar desde su reluciente y gordo capullo que ya consiguió rellenarle toda la boca. Sintió la raja del cipote suave deslizándose a lo largo de su lengua e kintentado colarse por la garganta, pero no le dejó de momento, aquel capullo estaba demasiado rico como para no disfrutarlo como un caramelito en dulce antes de pasar a mayores.
Le gustó tanto saborear por primera vez una polla así como las sensaciones que eso le provocaban, la primera que se le estaba abriendo el culo solito, podía notarlo, estaba tan contento mamando rabo que era como un orgasmo por adelantado que le recorría todo el cuerpo y su culito lubricaba solo y se abría sabiendo que en breve iba a recibir lo más grande. Rogue Status sabía que aquel tiarrón Titan de casi dos metros le iba a destrozar el culo con esa polla, pero más que asustarle, la idea le ponía cachondo perdío.
Sentir la manaza grandota y calentica por detrás acariciando y empujándole la calva hacia sus partes, le puso más cachondo todavía. Qué grandes manos tenía, qué grande lo tenía todo, como siempre lo había soñado y ahora que lo tenía enfrente lo estaba disfrutando bien a gusto. Cuando se la sacó de la boca por primera vez precipitadamente y vio cómo rebotaba la muy puta de la polla enorme hacia abajo, entonces sí sintió la necesidad de tragar a fondo, abrió la mente y la garganta y le hizo una mamadita profunda hasta ahogarse.
No fue ni de lejos la primera y última, era antojo lo que tenía de comerse todo el pollón, porque ninguno de aquellos veinticinco centímetros se merecía desprecio. Titan se desprendió de su boca, no sin llevarse todas las babas de Rogue colgando como una fina telaraña, y tomó asiento con el rabo en alto para que le siguiera dando cera. Se metió entre las piernazas del negraco y le dio mandanga al trabuco, con la boca y deslizando su mano en una paja suave, resbalándola por toda la saliva con que la había dejado impregnada.
Después de aquella primera experiencia, supo que jamás podría volver a esos calcetines negros rellenos imaginando una. La de verdad era incomparable. Se la sacaba de vez en cuando de la boca, la admiraba y metía otra suave pajilla distribuyendo la saliva por toda su longitud y circunferencia. A su lado, su propio rabo blanquito era como cuatro veces más pequeño y se hacía más pequeño todavía cuando le plantaba la gran manaza encima. Aún así le gustó el detalle de que se la chupase un ratito.
Ya estaba lo suficientemente lubricada con sus saliva como para metérsela por el culo y además no tenía pensando usar condón, por eso se la estaba dejando jugosa y brillante. Tomar asiento sentándose sobre ese tio enorme le llevó a los cielos. La clavada fue limpia y perfecta, le cabía perfectamente hasta el fondo y su culo tragón se puso las botas. Lo mejor de que la tuviera tan grande era que podía saltar como un gamberro a su antojo, todo lo alto que quisiera, que aquel pollón no se le saldría del culo y le metería el pajote que se merecía.
De nuevo notar las manazas grandotas cogerle los cachetes dle culo ayudándole a saltar, le hicieron brincar con más alegría si cabe. Sin sacársela, Titan le cogió entre sus brazos, le metió un giro dejándolo boca arriba y le folló el culo a tope ejerciendo su labor de macho dominante, culeándole y metiéndole la picha hasta estrellar una y otra vez sus huevos contra el ojete. Aquella barra negra entraba tan ajustadita chapoteando en la saliva que previamente le había dejado encima, que por la habitación ya comenzaba a escucharse hasta la fricción cuando se la metía.
Qué cóño estaba pasando. Se suponía que a medida que se lo follaba más y más, su culo debería abrirse y acostumbrarse. Pero en esta ocasión era al revés, la tenía tan grande que su culo comenzó a cerrarse en torno a esa tranca gigante dejándola cada vez más apretada, lo que conllevaba un pocquito más de dolor y a la vez mucho más gusto. Era un locura que le hacía gemir como un cerdo y que le hizo poner los ojos en blanco. De cogerle los muslos por detrás con las manos animándole a seguir agujereándolo, ahora ponía esas mismas manos enfrente de sus piernas como frenándole la follada para que bajase el ritmo.
Titan no le hizo ni puto caso, sabía perfectamente lo que precisaba un culo de un tio y continuó follándoselo a su propio ritmo. La cara de Rogue mirándole fijamente y dándole su aprobación, le decían que no estaba confundido. Rogue se volteó quedándose a cuatro patas sobre la cama y se dejó hacer la carretilla, con Titan metido entre sus piernas y cogiéndole por los tobillos mientras se la volvía a meter por el culo.
Dejó su culo en pompa que seguía siendo follado, pero su cuerpo se hundió hasta que terminó besando la almohada. Después de aquello podría decir a todos que le habían follado a base de bien. Volvió a sentarse encima y hacerle pajilla con el culo, esta vez dándole la espalda a Titan y con una clara intención, deslecharse la polla. Vaya que si se la deslechó, menudo chorretazo blanco y espeso le salío hacia arriba como si fuera una puta fuente de esperma que subió hacia arriba y volvió a caer hacia abajo embadurnando sus huevos, los de Titan y los muslos de ambos con lefa.
El tio guarro lo disfrutó tanto que se llevó la mano enlechada a la boca saboreándola. Aquella vez no era como las demás. En una situación normal, ahora se relajaría esperando que ese tiarrón se le corriese encima, pero de nuevo todo fue distinto, el sabor de su propia leche y tener una polla tan grande en el culo le incitaron a querer más. Allí estaba Titan para seguir dándole por culo todo el tiempo que necesitase, pollón y con aguante.
Volvió a repetir a cuatro patas y vcolvió a sentarse sobre esa inmensa polla negra de sus sueños, de nuevo con la intención de correse, por segunda vez ya, pero esta vez de frente, disfrutando de su leche blanca surcar la superficie negra del torso de aquel tio. Se arreó otra paja y le dejó toda la leche encima.
Ahora sí era el turno de Titan y su mole negra. Disfrutó los últimos apretones de aquel peludo y ajustado culo y ayudado por Rogue, sus besos y su pulgar mágico que le daba unos ligeros toquecitos en el pezón de la tetilla, se cascó un pajote a solas que culminó mcon un sonoro gemido y unos buenos lefazos sobre su torso.
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