Los chicos de Hard Kinks han salido a la calle cual Czech Hunter a lo español, en pleno Madrid a la salida del metro para ver por cuánta pasta y hasta dónde estaría dispuesto un tio hetero no sólo en hacérselo con un tio gay, sino dejarse someter como una putilla. Así es como encuentran a Evan Bull, un empleado de la limpieza con un rollito perfecto para pegarle una mamada en plena calle, con su chándal, su gorrita y una cara de macho guapísima. En cuanto le ofrecen el sueldo que gana en un mes por pasar un rato con Josh Milk, ni se lo piensa y allá que va.
La verdad es que si ya tenía su rollito el pibe vestido, desnudo está tan rico que a Josh se le pone dura al instante y lo primero que hace es ponerle de rodillas a comérsela rellenándole los mofletes con un pollón que está más grande y gordo que nunca. Al chaval le irán las pibas, pero se queda tan enganchado por el tamaño del rabo que sin que se lo pidan, mientras se quita la ropa lo sigue apariciando haciéndole una suave pajilla.
Por 400 euros se convierte en el esclavo perfecto, comiendo rabo por primera vez, lamiendo sobacos, dejándose escupir en la cara, sintiendo por primera vez el placer de la puerta de atrás, dejando que un completo desconocido al que hace apenas unos minutos conocía por la calle, lo desvirgue como un animal.
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