No le quedaba más leche en las pelotas. Aquellas estaban siendo para Jordan Levine las navidades más blancas de su vida y no por la nieve que estuviera cayendo fuera, sino por la cantidad de lefa que había visto salir por la raja de su prepucio en un solo día. El caso es que por algún motivo él ya intuía que las visitas aún no habían terminado, era una intuición o llamémoslo inquietud. Algo en su interior le decía que aún necesitaba el hilo conductor a todas sus respuestas.
Todo había sido demasiado extraño. Llegar a su casa y encontrarse todo tal y como cuando estaba decorado cuando era pequeño, primero el fantasma del pasado, después el del presente y por último el del futuro, recordándole momentos tan esclarecedores como inconexos. Necesitaba tiempo para pensar, una cabezacita quizá, sobre todo por el sueñecito que le estaba entrando este típico de después de correrte, más cuando él había hecho hat trick. Una caída de ojos dispuesto a soñar como los angelitos y allí que tenía a otro fantasma para desvelarle de nuevo.
Pensó en que cuando abriese la puerta allí estaría el fantasma de vete a saber qué, quizá del requetefuturo, pero por suerte tras la puerta había alguien mucho más real, su novio Colby Keller con las maletas, que se había enterado de que los padres de Jordan no estaban y como sabía que ya no había vuelos de vuelta y Jordan se iba a quedar solo, pues allá que se cogió el último de ida para estar a su lado y de paso conocer la que fue su antigua casa de la que tanto le había hablado.
Al verle, Jordan se dio cuenta de todo, de que todo cobraba sentido, de que aquellas pajas y mamadas a escondidas en la habitación con su hermano le guiaron por el terreno sexual que a él le molaba, que tenía que pasar página con el culazo de su follamigo follándoselo por última vez, que no sabía cuál era su futuro aun teniendo una cara conocida, entonces se dio cuenta de que su verdadero pasado lo condujo hasta un presente que no le llenaba y de que su futuro era el hombre que ahora tenía enfrente.
En la destartalada habitación de invitados lo abrió de piernas y le metió todo el trabuco. Supo que se lo estaba follando como nunca porque jamás le había visto cerrar los ojos y gemir con tanta fuerza, una fuerza que era evidente por el ruido de los muelles de la cama y por cómo se deslizaba el cuerpo de Colby a lo largo de la cama cada vez que le empalaba la polla. A lo mejor se la estaba metiendo en plan burro demasiado fuerte, pero era lo que el cuerpo le pedía y Colby estaba encantado. Tardó poco en quitarse el condón y descubrir que todavía le quedaba semen en los cojones para dárselo al auténtico amor de su vida.
ENJOY NOW GHOST OF CHRISTMAS WITH JORDAN LEVINE FUCKING COLBY KELLER AT MEN.COM
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