Menuda labia que tiene el argentino, él que siempre juró que jamás caería en las redes y ahora estaba en la habitación del hotel con uno, lo tenía encima de su cama, sacándose la camisa, los pantalones y los gayumbos, pajéndose una polla a simple vista muy gorda con dos dedos para empezar, ahora que todavía no le había crecido del todo, preparándose para un fin, metérsela a él por el culo.
Juliancito comenzó también a desnudarse, notando cómo Lucerito no le quitaba ojo de encima mientras seguía pajeándose una polla que no paraba de crecer. La tenía tan larga, gorda y dura, que a Julian no le quedó más remedio que ponerse a cuatro patas sobre la cama para comérsela. Joder, no recordaba en qué momento se dijo a sí mismo que iba a renunciar a la labia de los argentinos, ahora tendría que recuperar el tiempo perdido e iba a comenzar por aquella polla inmensa, devorándosela como un animal. Se atragantó con ella hasta que notó los pelos de las pelotas en el bigote, qué rica estaba, la hostia puta.
El sonido del plástico del condón que Lucero estaba abriendo, llegó como una melodía dulce a sus oídos. Pronto tendría ese cacho pollón dándole bien por el culo. Y de repente esa labia que tenían los argentinos le pareció maravillosa, cuando le llamaba puta mientras se lo follaba por detrás. Así, con esa banda sonora a sus espaldas, la polla sabía mejor entrando por su ojete, sabía el doble mejor. La suave y juguetona lengua de aquel cabrón, fue ya la gota que colmó sus cojones de gloria. Juliancito se sorprendió de sí mismo aquella noche, de cómo podía cambiar su concepto sobre algunas personas en apenas unos minutos. Cuando decían que los argentinos eran unos conquistadores natos, tenían razón.
ENJOY NOW LUCERITO FUCKING JULIANCITO AT M2MCLUB.COM