Nuestra mente entra en un estado de relajación y de felicidad sorprendete cuando sabe que tienes todo el puto fin de semana para dedicar a tu tiempo libre. Despertarte casi como un reloj a la misma hora de siempre para ir a trabajar y darse cuenta de que te puedes quedar retozando entre las sábanas cuanto quieras, porque no hay prisas, porque puedes ver amanecer tras las ventanas, porque tranquilamente te puedes quedar en posición horizontal, cascándote un pajote de larga duración, viendo por ejemplo al chico al que te tiraste la pasada noche, ocupando tu baño totalmente desnudo, por ejemplo.
Gianni Maggio ha creado unos buenos biceps, en gran medida gracias al trabajo en el gym, pero una pequeña parte también correspondiente al esfuerzo que debe aplicar para masturbarse su enorme y gorda polla. Cascársela es algo que nunca le cansa, pero prefiere ahorrarse el esfuerzo, que llegue un machote como Louis Ricaute, le pose los labios rodeando su capullo y se hinche la boca de polla.
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Pero incluso para un tiarrón grande con una boca grande, ese pollón supone un auténtico reto, casi el mismo que supondría meterse por la garganta un bote de espuma de afeitar, solo que este está más rico, algo más blandito, de momento, y es más maleable. Sólo hay que ver la muy zorra de la polla cómo se zarandea cuando escapa del contacto con la boca que la tiene presa. Louis traga para saciar su apetito, sin ahogarse pero quedándose con la sensación de estar comiendo rabo como a él le mola.
Gianni sabe perfectamente lo que le cuelga entre las piernas y lo utiliza para poner perracos a los tios. De momento se ha aprendido algunas guarradas en el idioma adecuado y el “chupa chupa que te gustan las pollas grandes” le da un plus para que a quien tiene la suerte de comerle el nabo le entre más hambre aún, algo así como un suplemento de vitaminas antes de comer para despertar el apetito. Eso y dar bandazos con la polla dejando claro quién la tiene más grande dentro de esa habitación.
Lo que no consigue tragarse entero una boca, ya lo hará un buen culazo. Gianni es de los que va a saco paco, no se entretiene mucho en ensalivar el culo, lo justo para rociar el agujero con sus babas y acto seguido ahí a lo bestia, cogiéndose la barra con una mano, apuntando con el cabezón hacia la entrada, dando unos caderazos y a ver si la cuela. Primer intento fallido, segundo también, eso de que a la tercera va la vencida ni de coña, se le resbala y termina acariciando la raja del culo.
Unos intentos más y por fin la consigue meter a pelo. Con una polla tan grande o lo hace así o eso no entra ni con el mejor de los cariños, es al menos lo que le ha enseñado la experiencia. Algunos ven en él a un macho bestia follando, pero no puede evitarlo, le da mucho gustillo y para proporcionárselo tiene que menear las caderas más que el resto de mortales, porque la tiene más larga y entra más apretada en cualquier parte. Ley de vida.
No está acostumbrado a culazos como el de Louis, capaces de hacer desaparecer su polla casi por completo. Eso le hace ponerse más perraco y se la pone más dura todavía. Sólo hay que ver cómo la saca de vez en cuando del agujero, portentosa, grandiosa, que parece que no acaba de salir nunca de lo larga que es, dura en todo su esplendor y ligeramente dobladita hacia adelante desde la mitad.
La experiencia de metérsela a un chavalín a un tiarrón como ese iba un mundo de diferencia. Para él eso era algo nuevo y cuando le vio montándole el rabaco, por un momento dudó si iba a estar a la altura, porque no se veía ni un centímertro de rabo, de hecho llevaba la mano hacia el lugar de contacto, donde la polla se encontraba con el culo y llegó a palpar toda la zona para ver si se lo estaba tragando entero o qué coño pasaba allí.
No le incomodó aquella postura, pocos eran capaces de tragársela hasta el último centímetro, pero se sentía más cómodo tomando las riendas y viendo parte de su rabo penetrando ojete. Se la empotró de lado, ahora que ya entraba más holgada, aquella sería una postura perfecta para que entrara más apretadita que nunca.
Louis no paraba de buscar en su macho el contacto visual. Lo encontró furtivamente, pero le ponía ver todo ese cuerpo varonil dándole por culo y la cara de este tio gimiendo, con la mirada enfrascada en su propia polla para hacerle un buen trabajo.
Cada vez era más complicado encontrar una postura en que la polla no entrase de forma tan holgada, pero Gianni siempre encontraba la forma, esta vez elevando el culete de Louis y taladrándole desde arriba. Le tenía con las piernas abiertas, con las rodillas a la altura de su cabeza. Se encontró tan cómodo metiéndola que le ensartó un buen pollazo de estos gloriosos, de partirle el culo en dos hasta encasquetarle los cojones y ahí se quedó unos segundos de felicidad plena, con toda su grandiosa y espectacular polla dentro de su cuerpo.
El gustillo de tanto roce ya estaba empezando a crearle leche en los huevos. Le metió una traca final de pollazos hasta que empezó a notar el mareillo que anunciaba la inminente corrida. Gimiendo como un animal, tuvo tiempo de sacarla del culo, ponerse de pie sobr ela cama y soltar lefazos a diestro y siniestro manchando de lefa a Louis que estaba debajo entre sus piernas viendo la lluvia caer. Después de ver ese espectáculo, no le quedó otra que calzarse un pajote lechero para acompañar. No esperaba que después Gianni mojara su barba en esa lefa com un churro en el chocolate para llevarla de nuevo a su boca.
