Alto, nariz larga, buen porte llevando el traje… ese tio tenía que tener una buena pija entre las piernas. Eso es lo primero que pensó Dani Robles cuando Kayden Gray se acercó a la misma mesa en la que tomaba un té cada tarde. Normalmente iba allí a desconectar de todo y de todos y había convertido ese pequeño rinconcito en su propia parcela de intimidad en la que no dejaba colarse a nadie.
Pobre iluso. Poco imaginaba después de haber roto la valla y haberle dejado pasar dentro de su terreno, que en pocos minutos Kayden iba a colarle lo más sagrado hasta empalarle como un pincho moruno. El muy cabrón le pisó con el pie para llamar su atención, se sacó todo el nabo y se puso a pajeárselo sin miedo a que algún camarero pudiera llegar y encontrárselo haciendo aquellas maniobras especiales.
Avance exclusivo de “Nobody’s Business”
Por suerte no había nadie a la vista porque a esas horas estaba el local poco concurrido. Dani estaba empezando a ponerse palote y, en parte oculto por un periódico con el que hábilmente Kayden escondió su cabeza, le pegó una mamada. Su intención entre mamada y pajote, era sacarle la leche y santas pascuas, pero el culo le estaba pidiendo guerra, se bajó los pantalones y acabó con la polla dentro de su ojete, embestido por un cabrón al que no conocía de nada, intercambiando un té helado por un tazón de leche calentita a media tarde.