Si tienes la suerte de tener a un vecino que te alegra las mañanas cuando se levanta y le ves por la ventana todo empalmado o aunque sea semidesnudo, entonces comprenderás esta historia. La de Zack Hunter, que vive pared con pared con unos tiarrones guaperas, ratas de gym. En cuanto escucha la puerta, ya está él preparado para ir detrás de ellos hasta la cancha de baloncesto donde se echan unas pachangas, con el torso desnudo y sólo vestidos con zapas y unas bermudas. Pero lo mejor es que ya sabe que uno de los dos no lleva calzones debajo. Lo sabe por la forma en cómo le pega bandazos la polla contra la tela a cada zancada y a cada paso.
Se queda de mirón hasta que se pone cachondo. Entonces vuelve sobre sus pasos, se infiltra en casa ajena y va directo a la habitación del que más le mola, Ryan Bones, el morenito, abriendo sus cajones, cogiendo los calzones y plantándoselos encima de la jeta mientras se saca el rabo y empieza a masturbarse. Se siente como un adolescente que acaba de descubrir el sexo, pero joder, está salido a tope y su cuerpo se lo pide.
Como suele suceder siempre, los inquilinos llegan antes de lo esperado y se tiene que esconder debajo de la cama. Lo que viene a continuación, le deja a Zack los ojos abiertos como platos. Un par de piernazas abiertas, bermudas fuera, calzones (al final sí los llevaba) fuera, el tio se tumba en la cama y se escuchan sus gemidos de paja. Como si aquello fuera una litera, Zack en la parte baja coge los calzones y se pone cerdo con el olor a polla y sudor. Sin saber lo que pasa debajo, Ryan se casca la polla sobre la cama. Hasta que a Zack se le escapa un estornudo.
Podría haberlo mandado a tomar por culo, pero ya que está allí esnifando sus gayumbos, Ryan decide aprovecharlo para lo suyo y le da de comer polla y se la enchufa por el culo a lo bestia, follándoselo como a una nena con el pollón gordo y proporcionado bien ajustado en su ojete. Manaza grandota sobre su cabeza para que no se retire (no lo iba a hacer de todas formas) y polla pajoteada a dos palmos de la nariz. Unos buenos lechazos sobre la boca y los labios y, como si fuera una putita de quita y pon, así con los morros lefados, lo agarra y lo lleva a la habitación de su colega William Seed y lo lanza encima de su cama para que a él también le coma y le monte el rabo. Lo que se dice compartir.
ENJOY NOW RYAN BONES DEBUT FUCKING ZACK HUNTER HARD AT MEN.COM
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