William Seed acababa de dejar la carita de Will Braun inseminada. Todavía estaba exprimiéndose las últimas gotas de lefa del rabo cuando su compañero Ryan Bones irrumpió en la habitación y soltó un “joder, y ¿este de dónde coño ha salido?“. Normal teniendo en cuenta que desde los últimos días se iba incrementando el número de chavalitos que les perseguían hasta la cancha, que se metían en su apartamento debajo de las camas y en los armarios. Parecía que tuvieran una legión de fans en el barrio esperando que les hinchasen bien el culo de polla.
La fama les precedía. Las chicas no paraban de hablar en el insti acerca de lo buenos que estaban, de lo bien que iban armados y de que nunca ningún hombre les había follado el conejo de forma tan sorprendente. Ante estos rumores, a los viciosillos no les quedaba otra que comprobarlo por sí mismos.
Para Will aquello fue como un regalo caído del cielo, ni en su más tierna adolescencia había vivido un evento tan extraordinario, ni siquiera cuando su cantante favorito le firmó su primer autógrafo. Tener aquellos dos rabos potentes, uno a cada lado de su cara, esperando ser mamados, era como vivir ese momento del autógrafo pero por partida doble.
Se los chupó como un condenado antes de convertirse en la gran puta de los dos tiarrones. El primero en enchufarle toda la polla dentro fue Ryan, no sin mostrar cara de esfuerzo mientras lo penetraba y conducía su rabo dentro del orificio ajustadito. Will mientras tanto se encargaba de disfrutar y dar cera a la pija del otro. A medida que se lo follaban por delante y por detrás, los dos entraron en un estado de camaradería inesperado.
El gustillo y la felicidad que sentían en la polla, condujo a William a sobrepasar los límites y colocar las manos sobre los hombros de su amigo Ryan, que estaba esforzándose por follar de puta madre. En el fragor de la batalla, ni se dio cuenta, aunque en cuanto fue consciente, considerándose un machote, apartó las manos de su colega, si bien después fue él el que se arrimó a William cuando a este le llegó el turno de follar el culo.
El pequeño y vicioso Will se fue a casa de sus padres con el culo abierto y una buena doble firma de leche de macho encima del cuerpo. A solas quedaron en la habitación un William abierto de mente y un Ryan que estaba empezando a superar eso de que otro tio le tocase mientras follaba sin sentir que estaba perdiendo su heterosexualidad. Lo mandó todo a tomar por culo y la última imagen que Will pudo ver antes de cerrar la puerta fue a esos dos machos acercando posturas y besándose. Aquella noche caía pajote seguro imaginando lo que habrían hecho.
ENJOY NOW WILLIAM SEED AND RYAN BONES FUCKING WILL BRAUN AT MEN.COM
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