Puede que en Barrio Sésamo el personaje de Coco nos enseñase lo que es grande y pequeño, pero cuando Cesar Xes está al lado de un tiarrón imponente como Deep Dic que le saca más de media cabeza, cuando se baja los calzones y empieza a cilimbrear su enorme polla, a restregársela como un cerdo por encima del abdómen y se la queda mirando de cerca, echa de menos que Coco no nos hubiera explicado también lo que es exageradamente grande.
Nunca ha tenido mejor sexo y ya no lo cambiaría por nada. Adora las mañanas de sábado, con todo el tiempo del mundo por delante, despertar con la cabeza apoyada en su musculoso cuerpo, despertarle y mirar esa sonrisa de dientes blancos mientras le toca una polla que debe haber soñado muchas cosas bonitas para estar así de envalentonada.
Se la mete en la boca mientras todavía está encapuchada y blandita. Aún así no deja de ser gigantesca y bien gorda. Poco a poco va creciendo dentro de su boca, se hace mucho más larga, hasta que su mano apenas puede ocupar un tercio de ese enorme rabo. Se deja literalmente las babas sobre ese miembro, batiendo el cipote ya libre de pellejo contra la campanilla.
Cesar le ha enseñado un mundo secreto y oculto lleno de placeres, por eso a Deep ya no le cuesta ponerse a cuatro patas y dejar que su chico le haga la triple comida de campeones: ojete, huevos y una buena mamada y paja pasando y forzando la chorra tiesa por entre las piernas. Cuando Deep se la mete sin condón, por muchas veces que se la haya enchufado, nunca se acostumbra. Le encanta ese delicioso dolor lleno de placer, sentir algo grande perforándole por dentro.
Todavía no, pero cuando lleva un rato follándoselo y Deep se pone a meterla en plan cabrón pisándole la espalda mientras se lo zumba atravesado, Cesar se alegra de notar los huevazos calientes y llenos de esperma contra una de sus nalgas. Se tumba bocarriba, se abre de piernas para él y se la casca duro mirando ese cuerpazo imponente de color negro.
La paja sale sola, encharcando todo su vientre. No ha terminado de correrse cuando Deep le saca la polla del culo, suelta un gemido profundo y el semen blanco y espeso comienza a brotar sin descanso por la raja de su cipote, dejando la raja de Cesar bien sucia. Cesar mira hacia abajo. Deep se la sigue masturbando, reconciliándose con su propio gusto. El cilimbrel vuelve a estar semi encapuchado y por la punta sobresale un delicioso copito de nieve.
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