Los dos estaban apoyados en la barandilla, completamente desnudos. Daba gusto admirar las vistas que tenían desde el balcón, todo naturaleza, con las copas de los árboles casi rozándoles. Ni Hoyt Kogan ni Christian Lundgren escatimaron en echarse miraditas de reojo, mirando cómo le colgaba al otro el rabo. Era algo completamente normal, como cuando te fijas en las pollas de otros tios en la fila de meaderos. Pero que al mirar se te pusiera dura, eso ya entraba en otro terreno.
Entraron juntos de la mano y decidieron rebajarse juntos las pollas, haciendo que terminaran por levantarse y empinarse por completo con besos, tocamientos, pajeándose los rabos que eran los únicos que hacía que mantuvieran una distancia prudente de unos veinte centímetros. Chris se tumbó en la cama y dejó que Hoyt le hiciera lo que quisiera.
Hoyt empezó a comerle la polla dura a la vez que le metía un dedo por el ojete. Larga y fina, era perfecta para atragantarse un poquito. Hoyt abrió la boca a tope y se zampó ese rabo hasta que tuvo el cipote en la garganta. Sin querer, se fue removiendo sobre la cama hasta acabar en un sesenta y nueve, chupàndose los dos las largas varitas.
Un poco más de dedeo en el ojal y ya estaba preparado. Hoyt le metió la polla sin condón y Chris le miró fijamente con sus ojazos verdes y la boca entreabierta del gusto de notarla dentro. Chris se puso de lado, dejando su enorme pollón y los huevacos entre las piernas, apretados entre los muslos. Esas vistas le sirvieron a Hoyt para volverse más loquito y follárselo sin remedio.
Le dio por culo por delante, por detrás, por todas partes, dejó que cabalgara sobre su pene, sintiendo el gustazo de la polla rebotando sobre sus abdominales, haciendo de trapo para la corrida. Hoyt acabóde pie, corriéndose dentro de su boca. Al terminar, se dejaron caer exhaustos sobre la cama, con los cuerpos sudados, echándose un brazo por detrás del hombro en plan colegas, disfrutando todavía de esa sensación de relax que te deja una buena corrida depués de una mejor follada.