Ser modelo de webcam es algo que a Archie se le había pasado por la cabeza hacía varios meses, para sacarse unas pelas después de perder su antiguo curro. Era guapo, desinhibido aunque al principio la gente pudiera calificarle de chico tímido, tenía buen cuerpo y le gustaba todo lo relacionado con el sexo. Finalmente dio un paso adelante y se presentó a una entrevista para hacerlo.
Un tipo llamado Jax le citó en una habitación muy cuca, con todo tipo de accesorios y bien ornamentada. El tipo se sentó en una silla, él en la cama y así comenzaron la entrevista. Archie estaba nervioso, pero por lo buenorro que estaba ese cabrón. Por un momento fue comol si Archie tuviera rayos X en los ojos, porque podía imaginar perfectamente a ese machote desnudo de cintura para arriba, con esa camiseta que a pesar de ser de tala XL le quedaba ceñida al torso y los biceps que daba gusto.
Y esos ojos y esa sonrisa. Archie intentó esconder la empalmada que llevaba encima subiendo los pies a la cama, juntando las rodillas cerca de su pecho para que se notase menos. Pero le pareció como si ese tio se hubiera dado cuenta, porque después de eso condujo la entrevista hacia otros derroteros más personales basados en sus fantasías.
Por supuesto que le gustaba hacerlo con las luces encendidas. Qué sentido tenía hacerlo con un tio que le gustase si no podías ver su cara de follador cerca de la tuya mientras te penetraba con su enorme rabo o su cuerpo bañado en sudor mientras te deseaba con ganas o su rabo tieso y sus pelotas mientras se la comías. Sin querer Archie había confesado ser todo un pasivazo.
“Bueno – dijo Jax agachando la vista como si realmente tuviera miedo a ser rechazado.- Yo sé lo que me apetece hacer ahora y creo que tu entrepierna también lo sabe“, le soltó de repente. Archie se levantó. Le habían pillado con el carrito del helado y el helado estaba bien duro bajo sus vaqueros. Jax se acercó a él y le miró de cerca, muy de cerca. Archie se derritió vivo de placer. Se sacaron las camisetas. No se había equivocado con el tamaño del torso de ese tiarrón y si todo iba por el mismo camino, no podía imaginar cuán apretada estaría su verga ahí abajo.
Jax empujó con fuerza a Archie sobre la cama y le hizo darle la espalda a cuatro patas. Le bajó los calzones, rebozó su paquete contra la raja de su culo y se agachó para comerle el ojete peludo. Esa lengua húmeda era como un cipote caliente. Le dejaba el agujero palpitando de gusto. Archie echó la vista atrás justo cuando Jax volvía a ponerse de rodillas. Lo que tenía entre las piernas ya no era un paquete. Parecía que se había metido un dildo gigante en los gayumbos. La tenía toda empinada hacia arriba y un lado de la cadera a punto de romper la tela.
Se los bajó impulsando la polla con la goma de los calzones, dejando que cilimbrease bien hacia arriba y hacia abajo, las hermosas y grandes pelotas colgando. La tenía tan grande que era como una puta morcilla, tan pesada que lograba levantarla apenas formando un ángulo de noventa grados. Se acercó, le dio un par de golpes en la raja del culo para que sintiera su calor y su potencia y a Archie se le abrió el culito solo.
Jax se agarró la verga por la base enderezándola, la frotó por la raja y poco a poco, sin ceder un sólo centímetro hasta tenerla dentro, fue metiendo su fornido pene sin condón por el profundo agujero del chaval. Archie se quedó en el sitio, con el culo abierto, bien jodido, gimiendo, aún no sabía bien si más de dolor que de gusto, sintiendo unas buenas bolas rebotando entre sus piernas, justo en el lugar donde más le gustaba, su lugar preferido.
Ya se había dado cuenta, pero ver de frente al pedazo maromo que se lo estaba follando fue demasiado. Jax lo tenía todo grande, muy grande. Archie se espatarró bocarriba sobre la cama, pasó las manos por detrás de su nuca como si estuviera tomando el sol en la playa y disfrutó de las vistas y de las sensaciones. Él también tenía un cuerpazo irresistible para cualquier activo, con ese pechote y los sobacos peludos y una ancha caja torácica que impresionaban.
Archie sólo recordaba haberse corrido sin ayuda de sus manos en sus más íntimos sueños húmedos, pero estaba a punto de descubrir que estando despierto aquella fantasía también podía ocurrir. Jax se lo estaba follando de lado y él se estaba haciendo una paja. No quería correrse tan pronto, así que se la soltó, pero esa enorme polla le estaba acariciando la próstata y ya era demasiado tarde. Su polla empezó a levantarse y relajarse sobre su estómago dando espasmos, soltando toda la puta leche. Jax le sacó la enorme polla del culo, se la pajeó sobre su muslo y se lo dejó todo corrido mientras Archie no podía apartar la vista del lustroso, gigante y brillante cipote escupe leches.
Tras esa primera follada, la segunda (porque sí, hubo segunda aunque Archie tenía el puesto más que ganado) se la tomaron con más calma y Archie se enfrentó a la bestia. Mirar ese gigantesco pollón de cerca era una puta locura. Tenerlo dentro de la boca aún más. Era tan grande que ya sólo el cipote se encajaba entre su paladar y la lengua, pero Archie se las ingenió para meterse más trozo y poder mamar como era debido.
A Jax le producía un exquisito placer que un tio así se la chupara, un chaval con carita guapa apreciando el tamaño de su gorda polla, al que apenas le cabiera el cabezón en la boca. Habían pasado apenas unos minutos desde que le entregó su primera leche y ya la tenía otra vez durísima. Se la volvió a calzar sin condón y esta vez se puso en plan más perraco, fustigándole con los huevos en la raja, metiéndosela hasta el fondo, abalanzándose sobre él para tenerlo más cerca.
Archie tuvo el valor de empalarse en ese rabo, de sentarse sobre sus piernas y dejar caer el peso de su cuerpo hasta reventar con esa enorme minga dentro. Jax no se quedó quieto y le culeó desde abajo. Entonces Archie supo que era el momento de repetir ese sueño húmedo estando despierto. Volvió a pajearse lo justo para sentir el gustillo recorriéndole la nuca, se soltó la polla y la crema salió de nuevo a chorrazos, sin manos.
Jax avisó a Archie de que retirase el culo, pero Archie estaba sintiendo demasiado gusto como para escucharle, así que Jax, sin poder contenerse, le metió una buena preñada. “¿Tú también te vas a correr?“, le preguntó ya demasiado tarde. La polla salió del agujero de su culo y con ella todo el semen pegajoso y blanco chorreando entre sus nalgas, dibujando un donut de leche en su ojete.
“Lo he estado grabando todo. Esta ha sido tu primera conexión por cam. ¿Crees que muchos tios se habrán corrido viéndonos?“, le sorprendió Jax. Si se lo hubiera dicho antes a lo mejor las cosas hubieran cambiado, pero ahora a Archie le daba igual si alguien estaba mirándoles y matándose a pajas a su costa, porque estaba encantado besando a ese machote, tumbado sobre su cuerpazo sudado y fornido.