Se pone nervioso y se le pone dura cuando le ve acercarse. Es todo en él lo que le gusta, especialmente su sonrisa, sus labios, sus ojazos con esa mirada de cachorrito tierno a la par que malote, su nariz ancha, lo bien que le sienta la camiseta ceñida a su torso definido, con las mangas marcándole los biceps. No hace falta que Ashton Summers le meta la polla para sentirlo dentro. A Ace Quinn con un beso le basta.
Le agarra del cuello, suavemente, cierra los ojos sintiendo las caricias de los labios sobre los suyos, sus lenguas húmedas chocando. No es amor, pero se le parece. Le quiere en su cama, allí y ahora. Para cuando le desabrocha la camisa y le baja los pantalones, Ace ya tiene la picha dura. Es lo que consiguen chicos así de guapos cuando se le acercan demasiado.
Los dos se revuelven y ahora Ashton ocupa el lugar de Ace en la cama. Ashton se desnuda. Le sientan de puta madre esos pantalones negros, porque se lo marcan todo como deben, pero desnudo está impresionante. Primero se quita los calzones y su enorme y gora polla sale disparada hacia su estómago metiéndole una buena paliza que resuena por la habitación.
Ace no sabe por donde empezar a comérselo, ahí sobre su cama, todo un adonis, ese cuerpazo musculadito. Baja y le relame la polla desde la base. La caricia con la lengua hace que Ashton oxigene aún más su verga y el pito se viene arriba impulsándose hacia adelante. Al ver su reacción, Ace repite la jugada y aprisiona el pollón contra su estómago, repasándolo con sus labios. En una de esas que empina el miembro, lo aprisiona dentro de su boca y se lo empieza a mamar.
Después de dejársela dura, Ashton no rebaja la polla, se le enciende más al ver a Ace a cuatro patas dándole la espalda, ofreciéndole unas vistas que enamoran. Un culazo grande, suave, con textura de piel de melocotón, con las nalgas moviéndose como flanes y un hueco en la raja perfecto para encajar el cipote. Lo deposita dentro, empuja con las caderas y le penetra sin condón. Ace cierra los ojos, abre la boca y exhala un gemido de gusto al sentir la polla dentro.
Ashton empieza a meter a saco y Ace intenta preservar las pocas fuerzas que le quedan en las piernas. Sí que mete caña el cabrón, además de guapo y buenorro, empotrador. Estira una mano y le agarra por detrás, sintiendo la fuerza y la potencia de sus muslos. Adora que un chaval así le dé por detrás, pero prefiere un cara a cara, ver su estilizado cuerpo sobre la cama, tumbado, la polla de otro hombre como él rebotándole encima, restregándose por su six-pack.
Se sienta sobre sus piernas y se calza su minga hasta los huevos. Casi ni se dan cuenta de que el sol ya se está poniendo. Podrían estar follando todo el día. Ashton le guiña un ojo y se la saca del culo, se arrodilla cerca del borde al pie de la cama y le ofrece enchufársela. Ace se la cuela por detrás. Tiene el culo cerradísimo. Se abalanza sobre él y le da besitos para relajarle. Termina jodiéndole bien, estrujándole las nalgas contra las caderas a un ritmo endiablado.
Abierto de piernas para él está guapísimo. Le mira a los ojos. Relaja la frente cuando le dice que está a punto de correrse. La leche sale de su polla y cae cerca de su ombligo. Sin querer, se lleva una mano a la cabeza y se moja un mechón del lateral del pelo con su propia lefa. Al ver esa guarrada, Ace no puede resistirse, no le da tiempo a sacar la polla y le preña el culo. La retira de su interior y con un pedete Ashton se saca toda la preñada, con los lefotes blancos saliendo de su ojete y resbalando por su culo hasta las sábanas.