Franky Maloney se ha enterado de que William Seed ha vuelto a llevarse el primer puesto a mejor actor porno gay por tercer año consecutivo y cree que él como compañero de cama puede estar a la altura de sus expectativas. Pelo corto, barbita, cara de empotrador, alto, fuerte, musculoso, buenos brazos y además comparten el gusto por los tatus, vestir bien, cuidarse sano y hacer deporte cultivando el body a base de gym y entrenamiento duro.
La cosa pinta bien cuando sucede el primer encuentro y se molan a primera vista. Hablan más bien poco, pero se comunican a su manera haciendo flexiones, abdominales y dominadas en la habitación. Por si acaso, William le ayuda, le coge de las caderas para evitar que se caiga y ya se imagina follándose ese cuerpazo. Todos sus primeros días de año nuevo comienzan bien, pero este tiene pinta de ser tremendo.
Will no se corta un pelo, nota que se le está poniendo dura, le agarra por el paquete y así, con los músculos trabajados y sudaditos le conduce hasta la cama para seguir haciendo otro tipo de deporte, uno de los que le gusta hasta al más pintado. Franky tira de la goma de sus pantalones de deporte hacia abajo y descubre ese gordo pollón que tan bien conoce. Lo relame, lo pone firme, se lo mete en la boca y empieza a dar cabezazos entre sus piernas.
El rabo amorcillado, encapuchado y sudadito de Will se pone mucho más duro, mucho más robusto y el pellejo que recubre el glande se repliega hacia atrás desnudando su cipote. Se tumba a cuerpo de rey con los brazos detrás de la cabeza y deja que Franky haga todo el trabajo. Pero William es un tio predominantemente activo que no puede parar quieto. Se revuelve en la cama, se pone una almohada detrás de la cabeza para tener mejores vistas, se apoya sobre sus codos, le coge la cabeza obligándole a tragar pija. Se está poniendo cachondo mirando la parte de atrás de ese machote, porque ve cómo se le caen los pantalones que descubren sus calzones grises ajustaditos.
Cuando no aguanta más quieto, deja a Franky ocupando su lugar, se pone de rodillas delante de su cabeza e inclina la polla para que se la coma. Le sujeta los brazos con fuerza para que no pueda impedir que se la meta hasta donde él quiera. Mira hacia su entrepierna. Al mamón se le está poniendo el pito duro. La polla ya lucha por salir hacia la derecha formando un buen bulto. Will inclina su cuerpo encima de su jeta y le jode toda la boca haciendo que se le hinchen las venas del cuello.
Hora de descubrir su nuevo regalo de año nuevo, William se coloca detrás de Franky y le baja los calzones. Menudo culazo redondito y tragón. Se lo agarra a dos manos y sueña con hacerle de todo. Le separa las nalgas, escupe dentro de su ojete y se las cierra para que la saliva se impregne bien por los alrededores de su precioso agujero. Coge un condón de talla XL, se lo acopla perfectamente al rabo y se lo folla.
William mete polla como mejor sabe hacerlo, poniendo a trabajar todos sus músculos, concentrando toda la fuerza en sus nalgas para meterle una buena mandanga. Le pone los brazos en la espalda esposándolo con las manos y le hace besar el colchón. Eso de follarse a un igual le está poniendo malo. Se pone de pie en la cama separando las piernas, le eleva el culo y le empitona desde arriba.
Al darle la vuelta para tumbarse y dejar que le cabalgue, se fija en su largo rabo. Menuda pirula, con un cipote con raja profunda de lo más peculiar. Si se tercia y quedan ganas, a lo mejor hasta se deja dar un rato. Al principio mientras le cabalga estando de espaldas no puede ver cómo le rebota, pero después le gira para mirarse mientras joden y puede admirar su tranca, sentirla paseándose por sus firmes abdominales.
Franky resulta ser un experto haciendo sentadillas y se lo hace saber pajeándole la verga, llevándosela al límite, inflándosela hasta que casi le hace correrse de gusto. Antes de que eso suceda, le voltea y toma el control follándoselo bocarriba. El cabrón se hace una paja, relaja la frente, suelta un gemido, pone mueca de gusto y se corre encima. Mientras la crema le cuelga del cipote bañándole los alrededores del ombligo, se fija en sus ojazos. Está tremendo el tio.
Will aguanta hasta el último segundo dentro de él, hasta que no aguanta más, le saca la polla, se quita el condón y llega justo a tiempo para lefarle las pelotas, los pelos de la polla y las ingles. La aprieta y la sacude sacándose y descargando sobre él hasta la última gota. Sería de cerdos usar la mano con la que se la acaban de pelar para chocar esos cinco, así que como son caballeros emplean la otra para hacerse un saudito de colegas. Ahora a relajarse y después a la ducha.