Recibió la noticia mediante un chivatazo de una fuente muy fiable. El periodista del Gay Magazine jamás hubiera imaginado que tendría entre sus manos un bombazo que podría cambiarlo todo. Uno de los empresarios más importantes del país, el playboy millonario Klein Kerr, que se jactaba de asistir a alocadas fiestas donde él se convertía en el único macho entre mujeres, al que en los últimos dos años se le habían adjudicado varios romances furtivos con alguna que otra chica de buen ver y algún que otro embarazo, también le daba a la barra y no precisamente de la de beber.
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Preview exclusiva de 2 minutos de la escena
Qué mejor momento que el inicio de las vacaciones para pillarle in fraganti, en su lugar de veraneo. El periodista se camufló en un coche y esperó pacientemente durante varias horas, antes de descubrir la verdad con sus propios ojos y obtener las pruebas que lo harían famoso. Lo captó todo con su cámara. Al atractivo y musculoso guardaespaldas Enzo Rimenez abriendo la puerta a su jefe, cerrándola detrás de él y saltándose todos los protocolos que habría de tener un guarda para con su protegido.
Es más, demasiado bien lo protegía de puertas para adentro, arropándolo con sus fuertes brazos, metiéndole la lengua hasta la garganta, sacándose una pedazo polla gorda y grande por la bragueta y obligando a su propio jefe a comerle todo el nabo hasta dejárselo limpito. Hasta al periodista acosador se le puso dura al ver al guapísimo playboy, conocido por su capacidad para seducir a las mujeres, de rodillas tragando rabo y a cuatro patas sobre la cama zumbado por un guardaespaldas cachas y recibiendo todos sus lefazos encima. Tenía que llevar como fuese esas fotos a la redacción… o mejor, las vendería al mejor postor e incluso el chantaje podría ser una buena opción.
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