A los invitados, y más aún si vienen del extranjero, hay que darles un buen recibimiento, por eso Camille Kenzo se está esmerando tanto haciendo la comida, con mucho condimento, especias y un toque colorido de verduras frescas. Las zanahorias le encantan. Desde que le dijeron cuando era pequeño que eran buenas para la vista, cuando puede abre la nevera y se pone a masticar como haría un conejo con su comida preferida.
Pero si se está esforzando tanto porque la mesa quede presentable es porque su comida preferida está al caer. Quiere sentarse sobre la encimera con las piernas abiertas, a Angel Cruz de pie al borde de ella con su enorme rabo duro a punto para penetrarle el culo. Quiere ver sus abdominales esforzandose como en el gimnasio mientras le mete un buen azote por el culo hasta reventárselo y quiere acompañar el sabor de la zanahoria con ese condimento que es el que más le gusta, leche de rabo.
El invitado está al caer y ya tiene el culo casi abierto. Cuando le abra la puerta no sabe si será capaz de aguantar la velada hasta el postre o incluso saltarse la comida para guarrear como a él le gusta.
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