Era por todos conocido cómo se despertaba Diego Summers por las mañanas. El capitán del equipo de rugby tenía una polla gorda como ella sola y montaba tienda de campaña allá donde no había, usando su rabo como mástil alzando las suaves sábanas que no se resistían al empuje de la fuerza. Después del partido y como ya era muy tarde, Sergyo le invitó a hospedarse en su campiña para dormir. La noche se le hizo eterna, deseando levantarse para ver el despertar del pollón.
Con la salida de los primeros rayos de sol ahí estaba, omnipotente, como una diosa, no fallaba. Le hubiera encantado retirar la sábana y verla en todo su esplendor, pero ya lo hizo Diego por él, que se despertó, le dedicó una mirada sonriente, se la agarró y le dijo “hostia cómo se me ha puesto, ahora me la tengo que rebajar“. Por lo visto estaba acostumbrado a hacerse pajas delante de otros tios y aquello para él no suponía más que otra necesidad como el beber, pero no era tonto y la mirada persistente de Sergyo sobre su rabo le hizo entender lo que el chaval quería.
En la campiña no había ni un puto condón, así que Diego le folló la cara para sacarle saliva y lubricarse bien el rabo, con el que después le empotraría por detrás a lo bestia, propinándole unas culeadas que casi lanzan a Sergyo fuera del colchón si no llega a ser porque estaba cuatro patas intentando anclarse y tragar bien de polla. Siendo el capitán, estaba acostumbrado a llevar las riendas del equipo y a los placajes.
ENJOY NOW DIEGO SUMMERS BAREBACKING SERGYO AT LUCASENTERTAINMENT.COM
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