Las alertas saltan en el momento más inoportuno. El vigilante Diego Summers es avisado por sus compañeros en los exteriores de la mansión a través del comunicador de que hay peligro inminente de ataque de fans enloquecidas (y enloquecidos) y prensa rosa. Parece ser que alguien ha dado la voz de alerta de que el chulazo ricachón Enzo Rimenez se está bañando en su piscina privada completamente en bolas.
Los fans quieren ver rabo y la prensa quiere fotografiarlo para hacer su agosto, es lo que tiene ser una estrella. Diego corre raudo a la piscina y se lleva a su jefe dentro de la mansión a la habitación segura. Allí le comunica en pelotas que tendrán que aguantar encerrados hasta que pase la alerta, lo cual significa unas cuantas horas.
Avance de “Protect and Serve”
Como miembro del equipo de seguridad, Diego ha visto muchas cosas y sabe que a su jefe no le gustan precisamente las almejas, sino unos buenos churros y cuanto más grandes mejor. También sabe que no es capaz de aguantar una tarde sin merendarse un rabo, que a él nunca le ha tocado, que siempre lo ha respetado y que esa misma tarde su polla se desvirgará por primera vez con un tio.
Pensado y hecho, Enzo manda y sus deseos son órdenes. El segurata se deja correr la cremallera de la bragueta, que la mano del jefazo le saque la trompa y que se la empiece a mamar. A ver cómo le dice Diego a su mujer al llegar a casa que no quiere sexo, que ya se lo ha hecho con un maromo… Ya pensará en alguna excusa, además puede considerarlo parte de su trabajo, pero Enzo está demasiado bueno como para no querer su cabeza asintiendo sobre su pollaza o verle a cuatro patas y no querer penetrarlo hasta destrozarle el culo. Firmó contrato para proteger pero también para servir y follarle el culo es darle un buen servicio.
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