Si te dejas atrapar por la mirada del guapísimo Marc Ruffalo, estás perdido. Primero te llevará a dar un paseo por los jardines del Castillo Kinky Angelo y cuando lleguéis a la puertecita trasera, empezará a tontear contigo, te lanzará una sonrisa que no podrás esquivar y sentirás que quieres entregárselo todo.
Después, antes de entrar, como si se tratase de un sueño hecho realidad, te enseñará parte de lo que tiene para ofrecerte, bajándose las bermudas y mostrándote los pelos y algunos centímetros de la base del rabo, por si aún tenías algún tipo de duda. Te llevará a la sala de exposiciones, se tumbará sobre el sofá y allí se convertirá para tí en el chico majete desnudo más atractivo que hayas visto nunca.
Su culo perfecto será sólo un reclamo, porque cuando se ponga boca arriba y veas lo dura y grande que la tiene toda para ti, querrás sentarte, levantarte y volver a sentarte de nuevo, una y otra vez sin parar sobre esa verdadera obra de arte.
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@ photo by Rick Day for Bel Ami Online