La empresa para la que trabajaba Klein Kerr, hacía poco que había conseguido un prestigioso premio por uno de sus proyectos, así que las televisiones internacionales, sobre todo las especializadas en economía, empezaron a mostrar su interés por entrevistar a su personal y por descubrir los secretos de la marca. El jefe tuvo claro desde el principio que la imagen pública de la empresa tenía que recaer en un chico educado, guapo y que supiese de lo que hablaba.
Para Klein fue todo un honor ser entrevistado y posar ante la cámara con uno de los presentadores más conocidos dentro del mundillo de las cadenas americanas. De hecho tenía que haber sido él el que se pusiera nervioso y no al revés, que en cuanto Geordie Jackson vio el porte del chulazo al que habían enviado como representante, se le subieron los calores.
Avance “Xlingo”
Era tanta la admiración que le tenía, que Klein le ayudó a sentirse mejor y lo único que consiguió es ponerle el pito más duro de lo que ya lo tenía. No se dio cuenta de que la cámara seguía grabando cuando se metió entre sus piernas, le bajó la cremallera de la bragueta y sacó un pollón largo, grueso y venoso con el capullo más jodidamente gordo, descapullado y delicioso de cuantos había visto en su puta vida.
Era como chupar un helado italiano, hecho para relamer el cipote y deleitarse en la tarea. El cabezón lo tenía completamente al descubierto, ni siquiera un milímetro de piel lo arropaba, al contrario, la piel que debería rodear el capullo estaba replegada hacia atrás, permitiendo que bocas especialmente insaciables disfrutaran de una comilona sin precedentes.
Acostumbrado a ser él el que empotrara culitos, por esta vez Klein dejó que fuese el más veterano quien tomara las riendas de su trasero y mucho más con esa presentación entre las piernas. Era alucinante cómo le colaba la picha todo lo larga que era y bien gorda hasta el fondo de su ojete y cada vez que se la metía con fuerza, sentía el cachete de los cojones gordos y pesados chocando contra sus nalgas. Toda la puta follada emitida en directo para decenas de televisiones de todo el mundo y, mientras el mundo de la prensa se echaba las manos a la cabeza, la gran mayoría lo disfrutaba sacándose el mango y cascándose un pajote a la salud de los dos.