El puto gemido de placer que le entró a Eddy X cuando por fin los morritos suaves del guaperillas de Xavier se posaron sobre la punta de su rabo. Todo en Xavier estaba tierno, desde los labios que era como meterla en un fleshjack pero muchísimo más suave y calentito, hasta el culazo suave y con un buen par de globos, como más tarde podría comprobar.
Disfrutó tanto metiéndosela sin condón, que sin querer se le escapó un poquito de lefa. Tenía la entrada del culete pelada y eso le daba más gustillo al rabo al entrar y salir de su espectacular agujero. Cuando el chaval le cogió el ritmo de la follada y la medida al diámetro, le cabalgó la polla perreando con el culo, haciendo twerking como un auténtico bailarín de pro, con la intención de crearle leche en las pelotas.
Eddy le cogió del pandero con las dos manos y apretó fuerte los globazos hacia el interior para darse el máximo gusto a la polla. Con los huevacos a punto de reventar, lo puso sobre el sofá y se lo folló boca arriba. La pija ya le estaba pidiendo dispararlo todo. Se la sacó, le metió un par de trallazos de lefa en toda la raja del culo, con el cipote todavía rebosando alegría, recogió la leche que ya se estaba deslizando por el culete y la condujo de nuevo con la polla hacia el interior de su ojete, o al menos toda la que pudo, porque de la presión, la lefa blanca como la nieve, se salía hacia afuera.
Cuando Xavier se corrió, la boca de Eddy se acercó a chupar todos los mecos calentitos según iban saliendo por la raja del nabo. Xavi todavía estaba disfrutando del placer de la corrida cuando Eddy le merendó el rabo metiéndoselo dentro de la boca enterito y degustando su rica lefa.