Para qué iba a andarse con rodeos Dante Colle, si lo que a él más le molaba era que un tio le metiera toda la polla sin condón. Para él Brandon Cody había sido un referente y uno de los culpables de que le entrase el gusanillo de probar en el porno. Él, como muchos otros, aún tenían en la retina al Brandon loco y juguetón que se desinhibía delante de las cámaras meneando su minga al aire, sin saber que detrás de la pantalla miles de chavales se estaban cascando un pajote en su honor.
Y justo cuando Dante soñaba con la oportunidad de que su estrella favorita del porno blandiera su espadón dentro de su culo, va y se toma un descanso. Un clavo que sólo podía ser sacado por otro clavo de las mismas proporciones, que de repente le dijeran que él era el elegido para su esperado regreso. Menos mal que se lo avisaron con poco margen, porque de haber sido de otra manera, no hubiera podido pegar ojo.
Allí estaba, de rodillas en la cama, más guapo que nunca, con esos ojazos llenos de vida que le transportaban a otro mundo, todo un hombretón con alma de niño, con cuerpo de macho, con pantalón de pijama y camiseta de tirantes blanca ceñida a un escultural torso. Dante le despojó de toda la ropa y fue directo a chuparle el nardo con el que tantas veces había soñado.
El momento en que le sacó la polla de los pantalones fue sublime. Tiró de la goma hacia abajo y el rabo salió disparado todo tieso. Se la succionó hasta las pelotas sin importarle cuánto pudiera atragantarse. Dejó sus babas encima del pollón que tantos culos había visto machacar y finalmente se sentó en el trono de hierro como siempre había querido, metiéndosela lento y sin condón, sin pausa, notando en su interior cada centímetro, dejando caer el propio peso de su cuerpo hasta que la notó toda dentro y no le restaba un sólo centímetro de rabo por tener dentro.
Gozó a cuatro patas dejándose embestir por esa bestia folladora y después se puso boca arriba abierto de piernas disfrutando de las vistas de su ídolo sudando y esforzándose por follarle el ojete a todo gas. Un encuentro así tenía que acabar a lo grande. Invitó a Brandon a no salir del interior de su culo y Brandon fue obediente. Cuando sacó el rabo, ya había eyaculado dentro. Recién preñado, Dante se quedó mirando la cara de su hombre. Guapo, varonil, cachas, pollón, cerdete.
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