Los colegas se habían montado un buen cine en casa, pero de los buenos. Se lo habían currado durante unos cuantos fines de semana tirando una pared de la habitación contigua al comedor y ahora tenían su barra del bar al fondo, la ténue iluminación a cada lado del pasillo, tres filas de cinco butacas y un par de sofás. Max Arion quería que la primera peli que vieran fuese porno, poder sacarse todos los rabos, cascársela e inaugurar las butacas dejando en ellas la firma de los genios que habían creado ese espacio.
La idea era tentadora y al escucharla más de uno se llevó la mano al paquete, pero al final por mayoría decidieron ver la última de la Guerra de las Galaxias. El problema era que cuando a Max se le metía una idea en la cabeza, no paraba hasta conseguir hacerla realidad. No dejaba de pensar en lo bien que lo hubieran pasado todos calzándose las mingas, gimiendo, viendo rabacos en la pantalla grande mientras se hacían una paja en grupo.
Se dejó llevar y terminó con la polla en la mano como si realmente estuviera sucediendo. Drake Rogers, que estaba en la primera fila con él a un par de butacas de distancia, le vio la enorme polla y alucinó en colores. Se arrimaron hasta estar uno al lado del otro y se inclinaron por turnos para mamarse los rabos, intentando camuflar el sonido de las mamadas sorbiendo del refresco con las pajitas, pero llegó un momento en el que ya no pudieron disimular.
Completamente desnudos, se pusieron a follar sin condón delante de sus colegas, que al final tuvieron que presenciar cómo Max volvía a salirse con la suya. ¿No querían película porno? Pues tomad. Arrinconó a Drake en una de las butacas, le puso mirando hacia el frente y se lo empezó a follar. Después se lo llevó justo delante de la pantalla grande. Con la iluminación del proyector sobre su cuerpo, se sintió una estrella del cine y lo dio todo.
Se sentó de frente y elevó su miembro para que sus colegas pudieran ver lo bien dotado que estaba y dejó que Drake se sentara encima. Le encantaba que otros le vieran follar. No paró de reventar el ojete de Drake hasta ver cómo se sacaba toda la leche y para rematar, le preñó el culazo y lo puso mirando al frente, abierto de piernas, para que todos pudieran ver cómo su leche salía del agujero.