Alcohol, vasos de plástico, palomitas, música a toda hostia, más alcohol. Los chicos de la fraternidad MEN son los que más beben y también los que más follan, sobre todo porque entre sus filas cuentan con Malik Delgaty, el mayor follador de todos. El más atractivo, el más fuerte, el más guapo, el mejor dotado. Insuperable. Es noche de fiesta romana y todos llevan togas. Cuerpos semi desnudos por arriba y por abajo.
Ser el mejor follador no quiere decir que sea el jefazo de la casa de la fraternidad. Ese lugar lo ocupa el veterano James Fox, que les supera a todos en edad y que se pone a pasar revista. Al llegar a Malik, les enseña a todos lo que es ser un tio con cuerpo de luchador romano de pies a cabeza. Musculoso, alto, fornido, de los que daba gusto encontrarse en las termas y los baños, de esos que acaparaban la atención de una enfervorizada audiencia sedienta de poder, pan y sangre en el circo romano.
Los chicos empiezan a reirse de una forma pícara. Malik se pregunta qué está sucediendo, hasta que descubre que es el elegido por James para follarle el culo. Le da la espalda, se levanta la toga y le muestra su culazo peludete. Malik se niega a comerse el culo de un tio. James se da la vuelta. Si no quiere culo a lo mejor quiere polla. La lleva enfundada en un calcetín. Al retirarlo, Malik siente la humedad en la yema de los dedos y unos colgajos de semen caen al suelo y sobre su cara. ¿Se puede ser más puto cerdo?
Uno de los chicos le quita la toga. Todos se ponen cachondos apreciando el cuerpazo escultural de Malik totalmente desnudo, digno de pintar un cuadro e inmortalizar. Él intenta esconderse las vergüenzas a duras penas tapándose con las dos manos. Sí, dos manos, porque con una no podría esconderlo todo. Los chicos le jalean, quieren ver follada. Malik piensa que no puede ir de recatadito ahora, con la fama que tiene, así que se anima y va a por James.
Pero James huye y se hace de rogar, corriendo por la habitación hasta llegar al sofá, donde se pone a cuatro patas con el culo abierto. Todos ven a Malik correr detrás de James por la habitación, admirando su culazo, su gordísima y larga polla meneándose entre sus piernas, poniéndose dura y tiesa cuando el culo de James queda a su merced.
Siguen jaleándole. Con el pulgar empina la polla hacia abajo y se la mete por el agujero sin condón. No es una chica lo que tiene delante, pero Malik lo da todo como si lo fuera, ejerciendo de macho empotrador. James se abandona al placer. Unas manos fuertes le cogen por las caderas y una polla de un tamaño enorme y durísima no deja de penetrarle por detrás. Cierra los ojos y por un momento se imagina en los baños, esperando a cuatro patas para que el gladiador victorioso que acaba de llegar de la arena, descargue su ira sobre él.
Del culo a la boca, James necesita comerle toda la tranca. No sólo es bonita, con la misma tonalidad color carne que el resto de su cuerpo, cilíndrica, enorme, lo que se dice un pollón, es que también está sabrosa. No puede dejar de chuparla. Malik le coge a dos manos de la cabeza y le folla la boca hasta atragantarle y dejarle la cara roja como un tomate.
James piensa en los chicos. Ellos también se merecen tener unas buenas vistas. Pensando en ellos, se sienta en el suelo y deja la cabeza echada hacia atrás en el reposabrazos del sofá. Malik se sube encima, hace una sentadilla y le mete la polla por la boca. De esta forma los chicos ven algo que hace que las togas se empinen al instante formando tiendas de campaña, si es que todavía quedaba alguno que no la hubiera formado. A la vista la espalda de nadador de Malik, impresionantemente grande, su culazo con un buen par de globos redonditos, el ojete de su culo abierto, sus pelotas y su polla.
Después de darles el gusto, le toca pensar en él. Se pone bocarriba y se deja follar por esa mole varonil. Mientras recibe, James se fija en la cara del chaval, todavía con esas facciones de yogurín, después en su cuerpo, el de todo un hombre. Malik le coge de los muslos, le acerca más a él y aprovecha para levantarlo y follárselo de pie, en volandas.
Hace un rato que James no escucha a los chicos. O se la están cascando por los rincones de la habitación en penumbra gimiendo en silencio o se han corrido y se han largado a tomar una ducha. No les echa de menos. Se deja dar una vez más por culo por la retaguardia e invita a Malik a tumbarse para que él pueda cabalgarle la polla. James también va bien armado y lo demuestra dejando libre su polla erecta y grande antes de sentarse sobre la gigantesca tranca del chaval.
Cuando Malik está a punto de correrse, James no se lo tiene que pensar mucho. Lo quiere todo en la cara. Se pone de rodillas y espera la descarga que no le defrauda. De la durísima y enorme polla salen unos buenos chorrazos que le pringan la jeta, la frente, la nariz, los pelos del bigote, más lefotes grumosos que le taponan los orificios nasales y se posan en su lengua, el último pegote cargado de esperma que cae a ladrillo al lado de su ojito derecho.
Se mete el pollón corrido dentro de la boca, le saborea y le saca todo el calcio. Con un dedo se recoge algo de lefa de la cara y se lo rechupetea dando su visto bueno. Parece que los chicos habían estado allí todo el tiempo y que se lo han pasado bien a juzgar por los charcos parecidos a meadas que se marcaban en sus togas a la altura de sus entrepiernas. James coge a Malik del brazo y lo levanta ne señal de victoria, dejando claro que si tienen fama de folladores es gracias a él. Ellos jalean de nuevo, deleitándose con las vistas de su jefe de la casa con el esperma encima de la cara, con ese chicarrón fornido desnudo y con un pollón descomunal recién corrido, deseando saber cuál de ellos será el siguiente que goce de su descomunal y privilegiado rabo fornicador y lechero.