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El musculoso dios de ébano Reign se folla a pelo el culazo del atractivo y varonil machote Ian Holms | Raging Stallion

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Relajaditos y recién follados, Chad y Alpha se quedaron disfrutando del calor, el sol y las vistas desde el porche del apartamento en el que habían coincidido en esa celebración del orgullo gay. Había frente a ellos un impresionante negrazo en una tumbona, desnudo, y estaban deseando que Reign se levantara para admirar su musculoso cuerpazo de ébano y su larga picha meciéndose entre sus piernas.

Antes que ellos, se la vería Ian Holms, que salió partiendo la pana con su toalla al hombro, bañador y pelo en pecho como todo un hombretón y ofreció a Reign echarle cremita. Del roce de las manos, Reign se puso cachondo y s ele empezó a endurecer el rabo, retiró la toalla que recubría su zona íntima y enseñó a Ian el percal, una larguísima polla que le caía entre las piernas sobre los huevos y rozaba con la punta el asiento de la tumbona.

Reign se la cogió y la recostó contra su muslo izquierdo para que siguiera creciendo e Ian se tomó la licencia de llevar el masaje un paso más allá, cogiéndole la polla con la mano, masturbándole, besando a Reign, disfrutando del contacto de sus gruesos labios con los suyos. En apenas unos segundos el rabo estaba durísimo. Ian se metió entre sus piernas para atacarlo de frente y lo gozó metiéndoselo en la boca.

No la tenía excesivamente gorda pero sí tremendamente larga, como no esperaba menos de un negrazo tan potente, lo que le daba libertad para tragar hasta donde él quisiera. Lo mejor de una tranca tan larga era que por mucho que tragara, parecía no acabar nunca de hacerlo por completo. Hizo un par de intentos y sintió cómo el cipote le inundaba la garganta de placer divino.

Ian era un tio guapo, muy atractivo y fornido, con un poquito de barriga cervecera escondida bajo una selva de pelazos, que molaba a los tios por darle un aire más natural alejado de cualquier estereotipo. Se levantó y enseñó su arma a Reign. Tenía una buena pirula y además bien gorda, tan blanquita y guapa que Reign no se pudo resistir a comérsela.

A Ian le molaba tener espectadores, que vieran lo bien que se le daba chupar pollas y ofrecer la suya. Chad y Alpha estaban emezando a empalmar otra vez y no dudaban de que en algún momento de ese fin de semana de orgullo, acabarían follando con alguno de esos dos. La mamada duró más de lo que esperaba y Reign sí se la tragó entera.

Le había molado su polla, sin duda, pero lo que Ian necesitaba era una pirula negra jodiéndole por detrás. Se tumbó bocabajo en la tumbona, sobre las piernas de Reign y alzó su enorme y precioso culazo peludo para que se lo follara. Sintió la larga vara de ese cabrón destrozándole el ano, inundándoselo de puto gusto, desnudita y sin condón. Se lo empezó a follar.

Reign bajo el sol y empotrando un culazo era todo un espectáculo para la vista. Su cuerpo negro, musculoso, brillante, las formas curvas de su cuerpo destacando su trasero, los biceps, sus muslos, pectoral y abdominales. Todo en su sitio, todo en orden, la belleza de un hombre en estado puro. El tio estaba tremendo y encima era guapísimo.

El calor bajo el sol no daba tregua. Reign ya estaba sudando y se sentó. Ian continuó la follada cabalgando sobre sus piernas sin descanso. Le molaba ese chulo, le encantaba su larga polla. Se lo hicieron de pie y terminaron sobre la toalla en el césped. Tener ese cuerpazo negro y fuerte sobre él, bombeándole el trasero, fue para Ian como un sueño cumplido. Disfrutó de su cara, de sus músculos brillantes por el sudor, de cada movimiento.

Se la cascó en su honor, llenándose los pelos de la barrigota con una buena cantidad de semen abundante y espeso. Los lefazos le caían como goterones hacia un lado de la barriga, colganto entre los pelos. Reign se lo folló sólo un poquito más, luego sacó el rifle y le disparó a bocajarro, con un lechazo que obligó a Ian a apartar la cara y que abonó el césped por encima de su cabeza. El rastro de ese lefazo se quedó en parte impreso sobre los pelos de su pectoral derecho e Ian siguió observando cómo se corría con esa larga pija ensuciando su torso de esperma. No se limpiaron. Se quedaron desnudos bajo el sol, restregando el semen entre sus torsos, dándose el lote.

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