Darle a todo, a la carne y al pescado, es lo que tiene, que te permite disfrutar de todos los placeres del sexo sin límites. A Ashton Summers le ponían tan cachondo las gigantescas perolas de su chica como una buena pirula y cuando vio al chico de la piscina Reese Rideout, con esa apariencia de daddy joven, con ese tanguita azul claro que apenas dejaba lugar a la imaginación, marcando culazo a cada paso, la polla gorda y las pelotas formando un buen paquetón recogido en la huevera, se le abrieron los ojos como platos.
Cuando vertió la limonada en el vaso de su chica, le imaginó con la chorra por fuera meando. Luego Reese se agachó y Ashton se recreó la vista en los calzones metiéndose por la raja de su estupendo culazo, en los cojones bien apretados entre sus piernas. Si ese era el chico para todo, el que les servía el cocktail y les limpiaba la piscina, también lo sería para dar cremita en la espalda.
Tontearon un rato y Ashton le dijo a Reese que le bajase el bañador por completo para masajearle el culete. Al hacerlo, resultó que Ashton guardaba una sorpresa en su ojete, un pequeño dildo de metal con una piedra preciosa incrustada en su extremo. De no haber sido porque la chica de Ashton se despertó interrumpiendo el affair entre los dos chicos, a saber lo que hubiera pasado.
Pero estaban destinados a unirse esa misma tarde. Ashton pasó página desnudándose por completo, tumbándose bocarriba al borde de la piscina, con la picha larga colgando sobre sus huevos y su musculoso cuerpo bronceado al sol. Reese siguió currando, sacando las hojas secas del agua con la red. Poco a poco se fue acercando hacia donde estaba Ashton, mostrándole que su paquete había aumentado considerablemente de tamaño desde la última vez que se encontraron hacía escasos cinco minutos.
Incapaz de controlar lo mucho que le gustaban los rabos, Ashton empalmó en cuestión de segundos y le sacó la polla a Reese para chupársela. Su chica parecía dispuesta a aguarles la fiesta. Pidió más limonada y Ashton se partió la caja al ver cómo Reese intentaba ponerse de nuevo unos calzones que ya apenas podían cubrir sus partes nobles de lo grande y dura que se le había puesto.
Al llevar la bandeja y los vasos vacíos dentro de la casa, Ashton le perdió de vista. A ese cabrón le gustaba jugar al escondite. Descubrió dónde se encontraba al ver cómo su polla erecta emergía de entre las tablas de madera del banco mecedora del jardín. Ashton acudió de rodillas a su encuentro, le metió una buena mamada y aprovechando que larga la tenía un rato y sobresalía bastante, se sentó encima de la minga y se la hundió dentro del culo sin condón follándole el pito.
Nunca se había follado a un tio de aquella manera, viendo su cara y su cuerpo a través de los listones de madera. Ashton regresó a la toalla junto al borde de la piscina. Allí se abrió de piernas y esperó a que Reese se abalanzara encima de él y le metiera la polla por el culo. Tener al chico de la piscina encima de él follándoselo era toda una fantasía.
A pesar de que la chica de Ashton despertó y se puso hecha una furia al verlos copulando, Reese no pensaba salir de ese culazo caliente. Siguió empotrándolo. Ella intentó separarles, pero ellos fueron mucho más astutos. La lanzaron al agua para darse tiempo y se encerraron dentro de la casa. Ashton se puso de frente a un ventanal y Reese detrás de él cubriéndole. La chica montó en cólera, pero en una relación abierta como la que ellos mantenían, Ashton no entendía por qué se enfadaba.
Ahora estaban a solas y podían follar a placer y gemir en alto todo lo que quisieran. La picha dura de Reese proporcionaba a Ashton un gusto tremendo. Alargó el brazo hacia atrás y le colocó una mano en la nalga derecha. Menudo culazo. El chico de la piscina dándole bien por culo. Ashton se puso de pie para recibir su ración de mamada y luego regresó a cuatro patas donando su trasero para la causa.
Se tumbó sobre la alfombra y dejó que ese hombretón se la metiera a fondo mientras él se colocaba con una buena paja, dejándose los mecos en los pelos negros de la base de la polla. Se fijó en el cuerpo musculoso y sudado de Reese que enseguida se contagió del momento, y apenas sacó la polla del interior de su culo, empezó a ensuciarle el vientre con su esperma.
VER BANGING THE POOL BOY EN MEN.COM
