Había dado con dos machos bien juguetones en el club. Después de actuar sobre le escenario, Valentin Amour se encontró a uno de ellos a la salida esperándole. Era el resultado de haber estado bailando enfrente de un grupo de tios, calentándoles, rebozando el culo por sus paquetes. No solía mezclar el trabajo con el placer, pero le apetecían un buen par de rabos y de latinos ardientes para acabar la noche. Viktor Rom se lo llevó a la habitación del hotel.
Antes de entrar le puso una venda en los ojos, rogándole que confiara en él. Cruzaron la puerta semidesnudos, con los calzones puestos. Valentin se agarró de la manita de Viktor y siguió detrás de sus pasos hasta que llegaron a la cama y se detuvieron. Allí había otro tio, podía escuchar su respiración agitada, lo que no sabía era cuál era de todos esos que estaban en el club. Viktor cogió su mano y la llevó hasta la cabeza de Gianni Maggio. Valentin lo reconoció al instante. Era con diferencia el tio que tenía el mejor paquetón de todos, con el que se le abrió el ojete al sentarse encima.
Precisamente esa era la sorpresa que quería darle Viktor al chaval. Condujo su mano a través de los pectorales de Gianni, de sus abdominales y se la soltó justo cuando llegaron a la zona íntima. A Valentin se le escapó una guarrada y abrió la boca de sorpresa al tocar ese pedazo de rabo empalmado. Fue deslizando el puño hacia arriba con el pene bien agarrado y le pareció que esa pija no tenía fin.
Menudo semental. Tenía la polla tan grande como la de un caballo. Valentin, que tenía buenas tragaderas, se inclinó hacia adelante buscando a tientas el inicio de ese rabo y se lo tragó hasta donde buenamente pudo del hambre que se le había despertado en su fuero interno, llegando a mamar hasta poco más de la mitad. Ese pollón era gigantesco. Viktor se estaba excitando también, lo decía su sonrisa al ver que al chaval le había agradado la sorpresa y también su paquete, donde tenía una tienda de campañla montada que no era de un tamaño normal.
No fue hasta que le pusieron de rodillas que le quitaron la venda y de nuevo se sorprendió gratamente al ver a cada lado de su cara bien cerquita dos alucinantes pollones. Valentin se lo agradeció a Viktor con unos buenos cabezazos. La suya sí le entraba entera por la garganta, así que le hizo una felación completita hasta estamparle su nariz y su frente encima.
Estaba cachondo perdido con esos dos pijotes para él. Bufé libre de polla. Seguía sin poder tragarse entera esa polla de caballo de ese semental italiano, según Viktor el mejor rabo de toda Europa, pero por él no iba a quedar. Lo intento una y otra vez. Una vez que uno se ponía a mamar, si había ganas y buen hacer, no se podía saber hasta donde llegaría. Gianni tampoco se estaba quieto. Cuando Valentin no tenía su polla en la boca, el cabrón le metía unos buenos pollazos en toda la jeta.
No podía ser más feliz, el tio más feliz en ese momento de toda la Galaxia. Miró hacia arriba, abrió la boca sonriéndoles y a cambio esos dos machos agarraron sus trancas y le jodieron vivo a pollazos estampando sus vergas encima de su cara una y otra vez. Estaban bien mojaditas con sus babas encima y hacían plas plas al estamparse contra ella.
Se permitió unas cuantas arcadas y lágrimas. Era lo mínimo que se merecían esos dos rabacos gigantes. La de Viktor ya le había entrado entera a la primera, aunque el cabronazo se empeñaba en que se la comiera hasta el fondo, le agarraba la cabeza por el cogote y lo retenía haciendo una cuenta atrás antes de liberarle la boca. Gianni también seguía empeñado en que toda su trompa debía entrar por su boquita. Le hizo una garganta profunda, un gag the fag que le dejó en otro mundo.
En su vida diaria, Valentin no era sumiso, pero cuando se trataba de sexo, era la putita más obediente de todas. Esos dos machos se sentaron en la cama uno junto al otro, con las pollas erectas zarandeándose de lado a lado. El hambre de Valentin aumentaba por momentos al verles así. Ahora podría agarrar los dos rabos y masturbarlos a placer, dominarles e ir sentándose de uno en uno para que le de al lado viera la follada.
Le encantó que Viktor le dijera que bajara al pilón. Le ponía cachondo recibir órdenes en la cama y cumplirlas dando más de lo que le pedían. Agarró las dos y las pajeó llenándose las manos de rabo y se las chupó de uno en uno y luego las dos a la vez, cuando Gianni se puso de lado y acercó su verga hacia la de Viktor. En esa postura era difícil tragar. Valentin se subió con ellos a la cama, se puso mirando a la contra a cuatro patas, una posición que le haría tragar más fácilmente, al tener esas pollas empitonadas a favor de su garganta.
Buen consejo le dio Gianni excitado por el momento, aconsejándole que al tragar pensara que su boca era su culo. De algo sirvió, pues se quedó a escasos diez centímetros de devorarla entera por primera vez. Después Valentin entendió que no era la primera vez que esos dos tios se trabajaban a otro a la vez. Hacían buen trabajo en equipo no sólo dando de comer verga, sino abriendo culitos.
Fue super excitante que Viktor le agarrara por delante para que su compañero disfrutara de su culazo por detrás. Sintió el impacto de un escupitájo mojándole el ojete, luego una lengua relamiéndoselo y finalmente el roce de los pelos de su bigote y su barba follándoselo, seguido de unos deditos que se introducían por su ano hasta el punto exacto donde a Valentin le daba más gustito y se quedaba con el cuerpo flojo y atontado del puto gusto.
Le creció el rabo y se lo metió a Viktor por todo el sobaco, al calorcito de su pectoral y su grande y musculoso biceps. Viktor fue el primero en penetrar su precioso culito. Lo hizo sin condón, atravesándole con su firme y poderosa verga morenota. Mientras tanto, por delante el semental de Gianni le llenaba la boca de razo y le azotaba la cara con él con un buen meneo de caderas.
No paraban de decirle guarradas, de ordenarle lo que tenía que hacer, de lo que le iban a hacer. Valentin estaba entregado, feliz por tener en su cama a dos tios así de activos que no paraban de soltar cerdadas por su boca. Se sintió como si le hubiera pillado una panda de chavales en el callejón deseando follarse su culo. Entre el come y el traga, Valentin ni se dio cuenta de que esos dos ya se habían intercambiado y que ahora era Gianni el que le estaba metiendo toda esa larguísima y gigantesca polla por el águjero.
Una vez se acostumbraron el uno al otro, Gianni se puso de lado y le metió una follada demencial clavándole el pollón hasta los huevos, desgarrándole el ano. Se pusieron detrás de él y se fueron turnando para meterle la polla como un par de perros, penetrándolle hasta las profundidades, estampándole en el trasero sus pelotas, rabiosos y feroces.
Le daba miedo mirar hacia atrás, porque esos dos llevaban unos segundos sin metérsela. Entonces sucedió. Viktor estaba de pie, con su polla dentro del culo. Gianni estaba subido a la cama delante de él, inclinó su verga y la deslizó por encima de la de Viktor hundiéndola por el agujero del culito relleno. No podía creerlo, esos dos machos se lo habían currado tan bien que ahora les tenía a los dos dentro de su cuerpo, dos rabos enormes dentro de su ojete.
Qué cerdos, qué guarros, qué cabrones. Valentin sintió dolor pero también un placer único que le dibujó una sonrisa de felicidad en la cara que nadie le iba a quitar. Penetrado por dos pollas sin condones. Les tumbó en la cama y dejó que se relajaran con la paja porculera que les iba a meter. Uno a uno se fue montando en sus rabos cabalgándoles, amándoles, observando esas caras de placer que ponían.
La relajación duró poquito. Gianni, que estaba acostumbrado a dominar, agarró a Valentin, le puso bocarriba en colandas sobre su torso, le agarró las piernas dejándoselas juntas y le penetró con toda la polla blandiéndola dentro de su agujero, machacándoselo a toda potencia. Viktor sintió envidia y le hizo lo mismo, ajustando su gordísima polla morena en el hueco.
Quería doblete otra vez. Hizo que se juntaran sobre la cama, muslos con muslos, culo con culo, polla con polla. Hizo una sentadilla cogiendo ese racimo de rabos con las manos y se las clavó dentro. La de Gianni que era tan larga, no paraba de salirse, pero ahí estaban los dos al quite para volver a meterla dentro. Pajeó las dos pollas a la vez con su culo con satisfacción.
Ahora Viktor estaba sentado en la cama. Tenía a Valentin abrazado por detrás, mientras Gianni ejercía de empotrador y se lo follaba cara a cara. Vañentin se le quedó mirando fijamente. Le excitaba esa cara de machote, su barbita, los pelos de su pecho y por supuesto su larguísimo rabo penetrándole por dentro. Avisó de que se iba a correr y soltó un lefazo que salió pintando hacia arriba a gran distancia formando una parábola más allá de su hombro. A ese le siguieron otros tres largos chorrazos que le cayeron encima.
Después de que Gianni se le follara un ratito más, esos dos cabronazos empezaron a masturbarse las pollas con efusividad y Valentin se sentó en el suelo para tenerlas como al principio, una a cada lado. Gianni fue el primero en lechearle la jeta, soltándole unos buenos piponazos encima bien cargaditos que salieron a plena potencia de su rabo. Viktor fue el siguiente, soltando la pesada carga de sus cojones sobre sus morros y su barbilla, dejándosela retozando entre los pelos de la barba.
Cogió las dos con ambas manos y pasó de una a otra relamiendo las heridas. Nada le daba más gusto que rebozar esos rabacos por encima de sus morritos llenos de semen. Le encantaba sentir la suavidad y la facilidad con la que se corrían y deslizaban las pollas por sus labios cubiertos de esperma. Volvió a mirarles sonriendo de felicidad, con su boquita sucia y preciosa.
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@ fotos por Oscar Mishima
